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PERSONAJES
1. Payaso
2. Voz
ESCENARIO
Ad líbitum
ACTO UNICO
(El Payaso es empujado al escenario)
PAYASO:
!Holaaa...!
(Silencio)
PAYASO: ¿Hay alguien aquí? !Je! Si no hay nadie,
yo tampoco estoy. Así que me voy.
(Intenta salir, pero es empujado nuevamente al escenario.)
PAYASO: Bueno, mejor me quedo. He decidido no irme.
(Camina. Golpea las paredes con los nudillos. Observa.)
PAYASO:¿Oyen? !Me quedo!
(El silencio lo enoja.)
PAYASO: !Mequedomequedomequedomequedooo...!
(De pronto, surge una Voz.)
VOZ: ¡Confiesa!
PAYASO: ¡Qué quiere que confiese!
VOZ: ¡Tus cómplices!
PAYASO: ¡No tengo cómplices! Es que yo trabajo solo.
Soy el payasito Rocotito. Puede llamarme Tito.
VOZ: ¡Tú pusiste el cochebomba contra la comisaría!
PAYASO: ¿Yo? Está muy cojudo... Uy, disculpe.
VOZ: ¡No te hagas el payaso!
PAYASO: ¡Soy payaso!
VOZ: ¡Cuál es tu nombre!
PAYASO: ¡Rocotito, que te lo hace rico, y te rompe el pi...rañas!
VOZ: ¡Tú eres el camarada Rocotito!
PAYASO: Camarada ya vuelta. Usted está enfermo, señor.
A ver, salga para verle la cara. Qué es eso de estar ¡confiesa!,
¡hable!, ¡por aquí, por allá! Mejor vamos a
hablar como gente.
VOZ: ¡Quiero que cantes!
PAYASO: Ah, ya. Lo hubiera dicho antes. ¡Azúcarrr!
Traigo yerba santa
pa la garganta
y un poco de ruda
pal que estornuda...
A ver, esas palmas, por favor. El que no aplaude viene a actuar en mi
lugar, ah. Así. A ver, todos:
Y con esa hierba
se casa usté
y con esa hierba...
VOZ: ¡Silencio!
PAYASO: Total, ¿canto o no canto?
VOZ: ¡Silencio!
PAYASO: Usted ya me está cansando. Primero, que hable, que
confiese. Después, que cante, que silencio. Ya, pues, decídase.
VOZ: ¡Responde a mis preguntas!
PAYASO: No, respóndame usted. Primero dígame para
qué me ha traído aquí. A ver, para qué.
VOZ: ¡Cállese!
PAYASO: No me callo. Yo estaba trabajando en el bulevar, haciendo
reír a la gente como todos los días, y de pronto viene un
policía y me malogra la función. No, pues, así no
es. Así no se puede trabajar. Y ahora me han traído acá
y yo no sé para qué. Si alguien se ha quejado por mis chistes,
no hay problema, prometo no contar chistes colorados. Pero ya está
bueno, ¿no? Ya quiero irme.
VOZ: ¡De aquí no saldrás nunca!
PAYASO: No joda, oiga.
VOZ: ¡Nunca!
PAYASO:¿Qué broma es esta? Ya sé, me han traído
para hacerles reír y ustedes están ahí escondidos
mirándome. Quieren reírse, ¿no? Lo hubieran dicho,
pues. Qué falta de confianza. Pidan nomás. Había
una vez...
VOZ: ¡Escucha! Un arrepentido ha confesado que tú
eres el camarada Rocotito, autor del atentado contra la comisaría
en 1950...
PAYASO: Yo ni nacía.
VOZ: Y que además violaste a quince mujeres en los últimos
dos años.
PAYASO: Pucha, cuántas mujeres había tenido. Mujeriego
había sido. Y yo sin darme cuenta.
VOZ: Además, robaste en Tesorería del Ejército
cinco millones de dólares.
PAYASO: Millonario había sido.
VOZ: Y que eres el ideólogo de los subversivos, mando político
en la costa, sierra y selva, testaferro de narcotraficantes y autor de
masacres contra campesinos y obreros.
PAYASO: O sea que soy de la puta madre.
VOZ: Y por todas estas consideraciones...
PAYASO: ¡Un momento! ¿Puedo decir algo en mi defensa?
VOZ: ¡Silencio! Por todas estas consideraciones, se te declara
culpable de los delitos de traición a la patria, narcotráfico,
secuestro, violación, asalto a mano armada y otros delitos contemplados
en el Código Penal. Por tanto, se te sentencia a cadena perpetua
y al pago de cien millones de dólares en reparación civil.
¿Tienes algo que decir? ¡Nada! ¡Entonces, a la cárcel!
PAYASO:¿Qué? No puede ser. ¡Despierta! (Se
golpea el rostro, se pellizca). No seas huevón, esto es un sueño,
una pesadilla. Despierta, carajo, que te van a llevar preso. ¡Despierta,
despierta...!
(Apagón
general).
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